Blogia
ababol

DESPUÉS DE LA TORMENTA ...

DESPUÉS DE LA TORMENTA ... Después de una semana fatídica llena de estrés, vómitos y un malestar ni medio normal producido por unos exámenes (ni que la vida me fuera en ello, ya lo sé...) que, aun encima no tengo la seguridad de aprobar, llegó por fin la PAZ. El día 17 a eso de las seis de la tarde Pamela volvía a ser persona. Abandonaba el reclutamiento y se iba... de poteo, lo que casi se está convirtiendo en costumbre (eso sí, siempre con la Ainhoa). Esta vez nos acompañó también Fernan, y ahí anduvimos conociendo bares nuevos y catando bien esos vinos. Eso me dejó como nueva, volver a sentir esa tranquilidad que solo el vino y los amigos te saben dar... Qué bien!
Por suerte (no me gusta el huevo) cuando llegamos a la resi ya no había cena, con que nos fuimos a pillar algo al Banderas (todo regado con una sidriña) y cenamos a la fresca que se empezaba a levantar en la terraza. Esto es vida.
Fernan se fue, y nos quedamos las dos señoritas hablando un poco de todo, pero sin alejarnos demasiado de nuestro tema principal. Pues ahí, entre porros, risas y cervezas se nos entró la noche sin darnos apenas cuenta y ya ni salimos a los bares.
Por primera vez en varios días conseguí dormir sin ayuda de tranquilizantes, y qué bien... Me despertó Ainhoa a eso de las 10 y para las 11 y poco ya estábamos camino de la playa, que con el solete y el calor apetecía. Nos acompañó Juanja, y a pesar del tráfico el camino no se nos hizo muy largo gracias a los cantos, los saludos a los del coche de detrás...
Llegamos a Barrika, una playa perdida del mundo y con un acceso realmente chungo. Por eso mismo debe er tan especial, estábamos cuatro gatos. Escalamos como pudimos todas las rocas y fuimos directos al agua, bien fresca y con buenas olas. Pasamos una mañana cojonuda. Hacía tiempo que no me sentía tan agusto, tan tranquileta.
El calor de la tarde se hizo insoportable, con que después de comer me pegué un baño fresquito (esta vez en la bañera de la 1001) con velas y Amèlie de fondo. Qué gozada.
Salí cuando mis dedos más bien parecían pasas y me tumbé en la cama. Y allí estuve, aguantando el calor, por lo menos 2 horas. Después leí, ordené un poco la zolle (aunque no se note mucho) y bajé abajo en busca de gente para cenar.
Aprovechando de nuevo el fresco de la noche, quedamos en el hall Sergio, Juanjo, Mikel, Almudena, Natalia y yo, a los que se nos unirían Cristina, Rocío y la veci (Vero), para ver los fuegos artificiales (sincronizados con música). Un espectáculo muy bonito, pero a todos nos supo a poco y, la verdad, esperábamos algo más original.
Justo después, ¡vaya! Resulta que el concierto de Jarabe de Palo era esa noche y, lo que era mejor, era gratis! Fue la gran sorpresa, porque no contaba con elloo, y me llenó de ilusión y de alegría. A eso contribuyeron también los dos chupitos de Peché que nos bebimos Sergio, Mikel y yo antes de caminar hacia el concierto. La deseperación llegó cuando Sergio y yo no veíamos la barra dentro del concierto, pero suerte que pronto la divisamos y corrimos a por uno katxis, aunque nos soplaran la vida ahí.
El concierto estuvo de puta madre, quiero violar a Pau! Bailamos e hicimos el lerdo durante buen rato, qué a gusto... No se me quitaba la sonrisa.
De allí Juanjo, Mikel y yo nos fuimos juntos a la resi, que hoy pretendíamos estudiar. Y aquí estoy. Tranquila...

1 comentario

Don Manuel Fraga -

Tus post son un koñazo de largos, tengo sueño, estoy de examenes y no tengo ganas de leerlo. Bona tarda desde el caciquismo de la xunta de Galicia